Porque quizá me equivoqué en algo.

Son finales de junio, vacaciones. Debería estar feliz, ya ha acabado el curso y no tengo que recuperar. Pero no, nada de lo que me rodea podría sacarme una sonrisa, de hecho, creo que son las peores vacaciones de mi vida. No te tengo cerca, ni te tendré, y cada vez que lo pienso siento que me consumo aún más. 

Hoy estuve en la playa y tu recuerdo no se borra de mi mente. Hoy vi a un chico clavado a ti y creí derrumbarme. Era como si estuvieses ante mí, ignorándome. No se si fue mi imaginación o en realidad se parecía, pero pensé en no salir de allí. Una vez más me transporté a mi mundo de cosas inolvidables, a mi cajita de recuerdos. Allí estabas tú. Parado ante mí, te acercabas, me mirabas a los ojos sin apartarme la mirada, me agarrabas de la cintura, y finalmente me besabas. Pero no era un beso cualquiera, no, era un beso tuyo, la prueba más válida de que en algún momento me quisiste, la belleza de un simple beso que te demuestra muchas cosas. 

Hiciste esto, una vez más de entre muchas. Aunque este pequeño proceso se hubiese repetido una y mil veces, todos serían especiales, todos y cada uno, solo porque provenían de ti. 

No se si podré salir de esta, pero, una cosa es segura : aún , te quiero.